viernes, 19 de septiembre de 2008

Ana de Clèves, "Su gracia la hermana del rey"


Ana de Clèves, Retrato de Hans Holbein

Ana de Clèves (alemán: Anna von Jülich-Kleve-Berg) nació en la ciudad de Düsseldorf, el 22 de septiembre de 1515, siendo la segunda de los 4 hijos de Juan III, duque de Clèves, y de María de Julich, heredera de los ducados de Julich, Berg y Ravensberg. Como todos sabemos, pasó a la historia por haberse convertido en la 4ª esposa de Enrique VIII.

Más allá de la tristeza que embargaba a Enrique por la muerte de su esposa Juana, debió considerar celebrar un nuevo matrimonio, ya que resultaba conveniente a los fines de fortalecer sus alianzas de poder. En este sentido, necesitaba casarse con alguna candidata que lo aliara con el Sacro Imperio Romano Germánico que –liderado por el Emperador Carlos– representaba la mayor potencia de la época.
Entre las posibles esposas se encontraba la flamenca Ana de Cleves, princesa de una familia destacada de religión protestante luterana, lo que favorecería la posición de Enrique en Inglaterra como jefe de la Iglesia Anglicana que él mismo había creado.

En este sentido, a los fines de conocer el aspecto de la que sería su cuarta esposa, envió a la corte germana al pintor Hans Holbeín para que realizara un retrato de su prometida. Así lo hizo el gran pintor, sin embargo, por temor de desagradar al rey realizó un retrato retocado de la futura reina, ante el cual el rey aprobó y hasta se ilusionó con la nueva posesión conyugal. Pero cuando conoció personalmente a Ana de Cleves, no pudo menos que manifestar su desagrado. Según los cánones de la época, Ana era poco agraciada: era alta y corpulenta, y su rostro mostraba además marcas de picaduras de viruela.

Lamentablemente la educación de Ana no fue muy esmerada, María de Jülich, su madre, no permitían que se impusieran las excitantes ideas del Renacimiento en cuanto a la educación de las mujeres. Parece ser que la duquesa María era una católica estricta, que no compartía los ideales reformistas de su esposo. Se dice que Ana no sabía leer ni escribir en otro idioma que el propio, el dialecto llamado deutsch o dietsch, los ingleses lo llamaban holandés y lo encontraban extrañamente áspero al oído.

La corte de Clèves era mundo que nada tenía que ver con la Inglaterra del Renacimiento.Dicen que ella ocupaba su tiempo cosiendo, a igual que una de sus antecesoras, Catalina de Aragón. Lo que ocurría es que Enrique VIII estaba acostumbrado a esposas que podían hacer eso y mucho más. Como ya hemos nombrado en alguna ocasión, para el soberano inglés la música esra de suma importancia. El monarca necesitaba el canto y la danza como el aire que respiraba, daba por hecho que su futura consorte poseería talentos musicales.

El contraste con sus antecesoras era muy significativo: No se podía comparar con la instruída Catalina de Aragón, ni con los dotes artísticos de Ana Bolena. A la edad de veinticuatro años, era tímida, ignorante y humilde, además de estar mal preparada para enfrentarse las intrigas cortesanas.Sin duda no poseía el encanto para conquistar un marido corpulento y quisquilloso, inseguro en cuanto a su propia virilidad, casi veinticinco años mayor que ella.

Preso de esta decisión, ya que no podía negarse al casamiento por los altos intereses políticos y económicos que la novia representaba, contrajo matrimonio en 1540. De esta manera, Ana de Cleves se convertía en la cuarta esposa de Enrique VIII.

Ana había permanecido católica conservadora, aunque su familia era luterana. Entablo una relación prospera con la princesa María y se estima que su relación con el rey era buena. A pesar de esto, Enrique había puesto su atención en una dama que formaba parte del sequito de damas de honor de Ana, la bella Catalina Howard. De esta forma, el matrimonio entre Enrique y Ana estaba destinado a la ruptura. De hecho, Enrique consiguió que la fea flamenca, quizá temerosa de correr la suerte de la otra Ana (Ana Bolena), aprobara el divorcio, apenas transcurridos unos meses desde el día de la boda.Ana afirmó que no habían consumado el matrimonio. A cambio de ello, recibiría una importante renta vitalicia y el título honorable de "hermana del rey", siendo considerada una de las mujeres más ricas de Inglaterra. Como curiosidad recibió como regalo el Castillo de Hever, antaño propiedad de la familia de Ana Bolena.

Pasó el resto de su vida en el campo, siendo contadas las ocasiones que acudió a la corte. Entre sus apariciones públicas, podemos enumerar: la boda de Enrique VIII con Catalina Parr( su última esposa) y la coronación de su hijastra Maria I, cabalgando al lado de la princesa Elizabeth. Murió el 28 de julio de 1557, teniendo el previlegio de ser la ultima esposa de Enrique en fallecer. Fue sepultada con honores en la Abadía de Westminster.

La posición y fortuna de Ana de Clèves la convirtió en una mujer poderosa e independiente para su tiempo, siendo además una dama de carácter afable y amable con sus seres queridos y demás sirvientes, mostrándose siempre generosa con todos. Enrique a pesar de todo, sintió estima hacia ella, y en ocasiones le pidió consejos. Ana tuvo la inteligencia de manternerse en su lugar, ganándose el respecto y la admiración del reino.

Fuentes Bibliográficas:

Fraser, Antonia: Las seis esposas de Enrique VIII, Ediciones B (Grupo Zeta), Barcelona, 2007.

http://www.portalplanetasedna.com.ar/mujer4_enrique.htm

http://englishhistory.net/tudor/monarchs/cleves.html

http://tudorhistory.org/cleves/

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Muñecos de Enrique VIII

Esta tarde,empecé nuevamente a buscar información sobre los Tudor, después de tantos dias sin publicar...ya era hora verdad?? Y De repente me he encontrado con una colección de muñecos de Enrique y de sus esposas! Me parecieron de lo más curiosos...

Uno de los muñecos de Enrique que más me llamó la atención, es uno que está basado en un retrato del monarca pintado en 1535 por Joos Van Cleve, cuando contaba con 43 años.Podemos observar que aún conserva un buen porte, incluso resulta atractivo. Este es el aspecto que lucía cuando estaba casado con Ana Bolena.






En 1540, durante su matrimonio con Ana de Cleves y Catalina Howard, el rey inglés adquirió aún más peso,luciendo un aspecto rechoncho que lo hizo conocido. Podemos afirmar que es uno de los muñecos que más se asemeja a los retratos suyos de la época.




Ver más: http://darkwing.uoregon.edu/~mharrsch/dolls/Englishcourtdolls4.html

Obsev: La semana que viene continuaremos con sus seis esposas!!!

sábado, 6 de septiembre de 2008

Robin Maxwell:" Una novelista de la Inglaterra Tudor"



Robin Maxwell,creció en Plainfield, New Jersey, y se graduó en la Universidad de Tufts en Terapia Ocupacional. Ejerció su profesión durante varios años, hasta que decidió cumplir su sueño: transladarse a Hollywood para convertirse en guionista.

Allí en California ha trabajado para los grandes estudios cinematográficos como Disney, Fox, Columbia y Warner Brothers. Paralelamente se ha forjado una prestigiosa carrera como autora de novela histórica en la que destaca el ciclo dedicado a la Era Tudor.

A Maxwell siempre le ha encantado la historia, especialmente los siglos XV y XVI, y las mujeres "por delante de su tiempo", siendo su principal obsesión.

En abril de 1997 publicó su primera novela, "El diario secreto de Ana Bolena". Fue mundialmente reconocida y se encuentra ahora en su 20ª impresión. La siguió " El bastardo de la reina" (1999), luego vinieron "Virgin, Prelude to the Throne" (2001) y "The Wild Irish"(2003).Esas cuatro obras forman el llamado "Quarteto Isabelino".

En 2005, Robin decidió adentrarse en los antepasados de rey Enrique VIII de Elisabeth I, quería averiguar el porqué de sus actos y destinos. Como resultado salió a la luz "Los príncipes Cautivos: El secreto de la Torre de Londres".

En 2007, decide volver a la protagonista que inspiró su carrera como autora, publicando "Mademoiselle Bolena". Esta novela retrata su infancia y adolescencia en Francia, antes de de que el rey Enrique VIII apareciera por su vida.

Actualmente en España se han traducido sólamente tres de sus novelas, todas ellas publicadas por la editorial EDHASA:

El diario secreto de Ana Bolena"



Argumento: Al alcanzar el trono de Inglaterra, la joven Isabel I recibe en secreto el diario de su madre fallecida. Este revela la relación que Ana Bolena mantuvo con Enrique VIII; el cortejo al que la sometió el rey; el rechazo a convertirse en su amante y su posterior asentimiento -con el consecuente desafío a la Iglesia-; su lucha por la obtención de un lugar en la corona para su hija y su ejecución final en la Torre de Londres acusada de adulterio. A medida que Isabel descubre a la madre que nunca conoció y comprende la injusticia que se cometió con ella, el lector se adentra en el relato para desvelar uno de los misterios más oscuros de la historia: por qué Isabel I, apodada "la Reina Virgen", decidió no casarse ni tener descendencia, acabando así con la dinastía más poderosa que jamás haya gobernado Inglaterra.


"El Bastardo de la Reina"



Argumento: En esta novela alternan dos textos distintos: por un lado un narrador en tercera persona relata cómo la reina Isabel I abandonó la corte cuando se supo embarazada, y los problemas tanto de política interior como internacional a los que tuvo que enfrentarse en los años posteriores; y por otro lado, el hijo de la reina al cuidado de una familia humilde, emprende una ascendente carrera militar que le pondrá en primera línea de fuego en el escenario en el que se está decidiendo el futuro de Europa. Esto nos permite tanto adentrarnos en los entresijos de la corte, como situarnos en el centro de la acción (especialmente en Flandes, donde se muestran en toda su crudeza las condiciones de un soldado de la época).

"Los príncipes cautivos: "El secreto de la Torre de Londres"



Argumento: En 1483, dos jóvenes desaparecieron sin dejar el menos rastro de la Torre de Londres. No tendría quizá mayor importancia si no se tratara de dos príncipes, Eduardo y Ricardo de York, y el misterio no parece haberse resuelto todavía: ¿Qué fue de estos dos niños?, ¿fueron vístimas de una cruel trama urdida por su tío el duque de Gloucester, coronado como Ricardo III? En una espléndida recreación de las insidiosas intrigas palaciegas y sirviéndose de unos personajes perfectamente trazados, Robin Maxwell no sólo narra con el vigor y el colorido que la caracterizan las despiadadas luchas por el trono, sino que incluso ofrece una sorprendente explicación del misterio absolutamente convincente.