miércoles, 27 de mayo de 2009

Françoise de Foix , Condesa de Châteaubriant: Primera Parte



Françoise de Foix, condesa de Châteaubriant


Françoise, nacida en 1495, era hija de Jean de Foix, Vizconde de Lautrec, y de Jeanne d'Aydie. Su padre era el hermano pequeño de Gaston IV de Foix, que se había casado con Leonor, Reina de Navarra.Pertenecía a la alta nobleza de Francia, siendo prima segunda de Ana, Duquesa de Bretaña y Reina de Francia. Cuando solo tenía diez años fue llamada por ésta a la corte para ser educada como correspondía a su rango.

Apenas acababa de cumplir los once cuando un apuesto caballero de diecinueve, Jean de Laval, conde de Châteaubriant, empezó a cortejarla y se enamoró de ella locamente. La reina Ana no pudo hacer nada al respecto, al tal punto que no tuvo más remedio que acceder a las súplicas y aceptarlo como prometido de su infantil dama, a la que estimaba mucho. La soberana proporcionó a la muchacha veinte mil libras y prometió su madrinazgo cuando fuera tiempo de pensar en boda. Pero para el ansioso Jean, que no se contentaba con nada, esto no era suficiente.

Jean fue incapaz de esperar el tiempo estipulado para desposarse, su carácter apasionado le urgía estar cuanto antes con su amada. Un determinado día, rompiendo las convenciones e iras regías, se llevó a su dama de once años a sus tierras de Châteaubriant. Los reyes de Francia vieron este acto caballerezco como un insulto y se sintieron profundamente disgustados. Era de esperar que el conde se le cerraran muchas puertas, sin embargo a él nada le importaba.

Jean de Laval, conde de Châteaubriant
A los trece años de edad, el once de marzo de 1508, Françoise dió a luz a una niña a la que llamaron Anne. En 1509, la pareja decidió formalmente contraer matrimonio. La imensa felicidad de Jean y Françoise se prolongó durante diez largos años, que para ellos se hicieron muy breves. La pasión entre los dos seguía viva y después de todo ese tiempo no había disminuido ni un ápice. Entonces fue cuando Francisco I entró en escena y tambaleo los cimentos de este castillo de amor contruido con tanto esmero.
El joven rey de Francia, con sus veintidós años bien vividos, en 1516 entrevió a la condesa de Châteaubriant en el castillo del duque de Bretaña. El monarca quedó totalmente cautivado por su morena belleza y su don a la hora de versificar en francés, italiano y latín. No pudo evitar preguntar más cosas sobre ellla y fue bastante bien informado. No se le ocurrió otra idea que invitar a la pareja para que visitara la corte, con la oportuna excusa de ofrecer un cargo al conde de Châteaubriant. Jean no era tonto e intuía las intenciones del soberano, sabía que el objecto de sus atención no era él, sino su esposa. Aquello le enfureció y no se dignó ni a responderle. Muy poco tardó Francisco en perder la paciencia y reintera la invitación, que ya es una orden.



Rey Francisco I de Francia pintado por Jean Clouet (1525)
Entonces parte el receloso marido hacía la corte, pero dejando a su esposa en Chateaubriant con una sortija de especial factura; él se lleva otra identica. El objecto de las joyas es servir de contraseña: si sus sospechas sobre las intenciones del rey son equivocadas, Jean enviará la suya en una carta, y así sabrá Françoise que puede partir sin temor; de no ser así se quedará en casa.
Enojado ante la ausencia de la condesa, el monarca soborna a los sirvientes de Jean, y uno de ellos, el único que compartía el secreto de sus señores, le cuenta la historia de las sortijas. Antes que el conde se diera cuenta, el astuto Francisco hace introducir en ella una copia perfecta de la contraseña convenida. A través de esa artimaña el monarca consigue su ansiado trofeo, y así se marcha el desolado esposo, dejándola a la merced del galante rey.
Bibliografía:
Gonzalez Cremona, Juan Manuel: Amantes de los reyes de Francia, editorial Planeta, Barcelona, 1996.

martes, 26 de mayo de 2009

Premio 7 cosas



Reglas:1- Decir quien te lo entrega y agradecerselo.2- Decir 7 cosas raras sobre ti.3- Otorgar el premio a Otros 7 blogs.

En primer lugar, mil gracias de todo corazón por vuestras visitas. Es una gran alegría poder compartir con todos vosotros la pasión por la Historia. Gema Sierra te agradezco mucho el premio recibido, nos sabes la ilusión que me ha hecho. Tu espacio cada día mejora notablemente y el nuevo look es encantador.


Vamos con las 7 cosas raras sobre mi:
1- Me puedo pasar horas en el ordenador buscando información para el blog, la ciudad puede sufrir un terremoto y casi no me doy cuenta!
2- Aparentemente la gente me ve como una persona tímida, pero cuando cojo confianza no hay nadie que me haga callar!
3- Me encanta todo lo relacionado con la historia de la realeza europea, desde la Edad Media hasta nuestros días. Tengo especial predilección por la historia de Inglaterra del período Tudor.
4- Soy insegura y repaso las cosas una y otra vez.
5- A veces cometo algunos errores de ortografía en el blog, eso se debe a que soy brasileña de padre aragonés y madre gallega. Desde el 2002 vivo en España.
6- Admito que a mis 25 años, aparte de las novelas historicas que me encantan, me siguen gustando las novelas vampíricas juveniles. Me he leído toda la saga Crepúsculo y la de Cronicas Vampíricas.
7- Tengo una colección de monedas antiguas.

Bien y ahora el premio se lo entrego a:

1- En la Corte del Rey Sol
2- Ellas en la Historia
3- De Reyes, Dioses y Heroes
4- El Blog de Jimena Nolasco
5- El Bosque Olvidado
6- Pinceladas de la Historia Berjana
7- La Página Escondida

sábado, 23 de mayo de 2009

Carta de Catalina de Aragón, Princesa de Gales

Esta carta escrita por Catalina de Aragón, siendo todavía princesa viuda de Gales, iba dirigida a Miguel Pérez de Almazán, secretario de Fernando el Católico. En esta correspondencia, fechada a 18 de Julio de 1507, se aprecia la fortaleza y prudencia de la infanta a la hora de aconsejar a su padre a respecto de las negociaciones que se estaban produciendo en los reinos vecinos.

Se descubre el resorte político de que se valió el rey D. Fernando de Aragón para contrarrestar la nueva concordia que el emperador Maximiliano meditaba llevar á cabo con Enrique VII, rey de Inglaterra, y con la Señoría de Venecia. La carta del secretario Miguel Pérez de Almazán, á quien contesta la Princesa, debió escribirse en los días que el rey de Aragón se disponía á salir de Nápoles. Salido en 4 de Junio, el 26 llegó á Génova. Verificada poco después en Saona su entrevista con Luís XII de Francia, navegó hacia Cataluña, en cuyas playas tocó á 11 de Julio, y el 20 arribó al Grao de Valencia. Previno el rey D. Fernando con su acostumbrada claridad y perspicacia de genio político el consejo de su hija, habiendo hecho en Saona alegres muestras de su propio poder y conciliándose el de Francia por medio del cardenal de Rohán. Apoyado asimismo en el favor de Inglaterra, vió deshacerse como el humo los amagos del Emperador, que en su carta del 12 de Junio prometía á D. Juan Manuel estar en España con su nieto el príncipe D. Carlos para fines de mes. La dominación flamenca, que había de poner en combustión estos reinos con la guerra de las Comunidades y de las Germanías, se atajó por entonces, y en ello quizá no poca parte cupo á Doña Catalina.

A continuación se detalla la carta de Catalina:

Almaçán. La carta, que con melchor me scryvystes, Recevy; y olge en saber todas las nuevas que en ella me decys, en especyal la vrevedad de la partyda del Rey mi señor; y asy ya yo no escryvo a su alteza a napules, syno endereço las cartas a castilla, porque espero en dyos que le allaran alla. Asy mismo uelgo del amor que me decys el Rey my señor tyene con el Rey de ynglaterra mi señor, y que lo entiende mostrar por obra; y syendo en servycio de su alteza, de todo lo que con el yzyere olgare yo, por que aga mas el Rey my señor de lo que le tyene merecydo. Asy os Ruego, quando su alteza escryvyere al Rey, syenpre acordeys a su alteza que le de a entender su poder y estado, y junto con esto mezcle cebo de mucha dulçura, porque asy cunple al servicio de su alteza; y por eso os lo escrivo a vos, como a persona que se que lo myrareys y en quien todo puede caber. QueRía poderme aprovechar de las çyfras para escryvyr, mas no vasta mi cyencya para mas de sacallas. Lo que os Ruego es que en llegando el Rey mi señor a castylla, de donde avra mas que escrevir, de todo muy por entero me agays saber; porque, por tener tan cyertas vuestras nuevas, las huelgo de saber mas de vos que de nadie. Acabo. De mi mano en grawiche a XVIII de julyo.

La princesa de gales.»


Fuente:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/hist/90253957651281607932457/p0000001.htm#I_0_

martes, 19 de mayo de 2009

Hace 473 años Ana Bolena fue ajusticiada...

La ejecución de Ana Bolena se llevó a cabo el 19 de Mayo de 1536 a las 08:00 h de la mañana. Era la primera vez que se ajusticiaba en publico a una reina de Inglaterra. Fue arrestada bajo la acusación de adulterio, incesto, traición y herejía. Está completamente probado el haber sido inocente de los cargos, y fue recordada más tarde como mártir en la cultura Protestante inglesa. Este día iba ataviada con una capa de armiño sobre un traje suelto de damasco gris oscuro, con detalles de piel y enagua carmesí. Una cofia de lino blanco le sostenía el cabello debajo del tocado. Había prometido no decir nada "sino lo que fuera bueno" cuando pidió autorización para dirigirse al pueblo, y mantuvo su palabra.

El discurso de despedida a continuación se transcribe en inglés del siglo XVI:


"Good Christen people, I am come hether to dye, for according to the lawe and by the lawe I am judged to dye, and therefore I wyll speake nothynge agaynst it. I am come hether to accuse no man, nor to speake any thyng of that, whereof I am accused and condempned to dye, but I pray God save the king and send him long to reygne over you, for a gentler nor a more mercifull prince was there never: and to me he was ever a good, a gentle and soveraygne lorde. And if anye persone wyll medle of my cause, require them to judge the best. And thus I take my leve of the worlde and of you all, and I hertely desyre you all to praye for me. O Lorde have mercy on me, to God I commende my soule."

"Buena gente cristiana, he venido aquí para morir, de acuerdo a la ley, y según la ley se juzga que yo muera, y por lo tanto no diré nada contra ello. He venido aquí no para acusar a ningún hombre, ni a decir nada de eso, de que yo soy acusada y condenada a morir, sino que rezo a Dios para que salve al rey y le de mucho tiempo para reinar sobre ustedes, para el más generoso príncipe misericordioso que no hubo nunca: y para mí él fue siempre bueno, un señor gentil y soberano. Y si alguna persona se entremete en mi causa, requiero que ellos juzguen lo mejor. Y así tomo mi partida del mundo y de todos ustedes, y cordialmente les pido que recen por mí. O Señor ten misericordia de mí, a Dios encomiendo mi alma."

Que angustia debía sentir en ese momento, prestes a ser víctima de la tragedia. Me sorpreende las alabanzas que profesó al rey ante tan triste situación. Enrique VIII no se merecía ni una pizca de su cariño. Los asistentes que esperaban depararse con una reina desolada y clamando por su liberación ante el patíbulo vieron todo lo contrario. Ana Bolena supo mantenerse íntegra y serena al pronunciar este discurso tan conmovedor, y no demonstró ninguna señal de miedo ni de deseperación ante sus súbditos.


Entonces Ana se arrodilló en posición vertical (en las ejecuciones al estilo francés, con una espada, no había ningún bloque para apoyar la cabeza). Sus damas le quitaron el tocado, dejándole la cofia blanca que le sostenía el espeso cabello negro apartadado del largo cuello. Una de las damas le puso una venda sobre los ojos. Ana incluso dijo al verdugo que no le daria mucho trabajo,"ya que tenía el cuello muy fino".Sus damas quitaron el tocado y ataron una venda sobre sus ojos. La ejecución fue rápida, consistente en un solo golpe: según la leyenda, el esgrimidor fue tan considerado con Ana que dijo, "¿Dónde está mi espada?" y luego la degolló, para que ella pensara que tenía todavía unos momentos más para vivir y no sabría que la espada estaba en camino. Según cuentan fue una muerte rápida y casi no sufrió.


Luego, una de las damas cubrió la cabeza con una tela blanca y las otras ayudaron a carregar su cuerpo. El gobierno no aprobó proporcionar un ataúd apropiado para Ana. Así, su cuerpo y cabeza fueron depositados en un arca alargada y sepultados en una tumba sin marcar en la capilla de St Peter ad Vincula.

Ana Bolena de treinta y cinco o treinta y seis años, o talvez veintinueve según algunos historiadores, en el momento de su muerte, había sido reina durante casi 3 años y medio (1000 días), pero sólo hacía cuatro meses que había fallecido la primera esposa del rey. La influencia de la vida de Ana en Inglaterra, tanto antes como después de su muerte es algo incuestionable. Su legado cambiaría para siempre el rumbo de los acontecimientos.

Por ella, Enrique VIII se separó de la Inglesia Católica y se proclamó a sí mismo Jefe de la Inglesia Anglicana. En realidad el rey se consideró siempre católico hasta su muerte.Pero el motivo que favorecieró su ruptura con Roma no era otro que conseguir el divorcio de Catalina de Aragón para poder casarse con Ana Bolena.Ella siempre tuvo simpatía por las ideas reformistas y le hablaba mucho a Enrique de las enseñanzas de Martin Lutero. Finalmente en 1535, fue publicada en Inglaterra la primera Biblia traducida al inglés.

No cabe duda que su principal legado fue su hija Elizabeth, la mejor reina que haya conocido Inglaterra. Heredó su temperamento, inteligencia y también su aptitud para la música y la danza. Talvez comtemplando el triste desenlace que padeció su madre, decidó nunca casarse y mantuvo su promesa hasta el final.

A continuación un fragmento del último capítulo de la segunda temporada de los Tudor. En el, vemos los últimos momentos de vida de Ana Bolena interpretados por la actriz Natalie Dormer
:






Bibliografía:

Fraser, Antonia: Las seis esposas de Enrique VIII, Ediciones Web, Barcelona, 2007.

Warnicke, Retha M.: The rise and fall of Anne Boleyn: family politics at court of Henry VIII, Canto, Cambrige University Press, 1996.

domingo, 17 de mayo de 2009

Nueva exposición sobre las mujeres de Enrique VIII



Este año el Palacio de Hampton Court tiene varias exposiciones dedicadas al rey Enrique VIII en conmemoración a los 500 años de su ascensión al trono de Inglaterra. Entre ellas, existe una muestra títulada "Las mujeres de Enrique" , que se centra en las esposas e hijas del monarca. Veremos retratos desconocidos de estas damas y también algunos objetos personales suyos. Algunas de las pinturas no han sido nunca enseñadas antes al público, como por ejemplo, las de las reinas Ana de Cleves y Catalina Parr. La exposición se inauguró el 10 de abril de 2009.

Hay cierta controversia sobre la identidad de uno de los cuadros, se trata del retrato atribuido a Catalina Howard. Actualmente la National Portrait Gallery ha etiquetado este retrato como " Mujer desconocida, antes conocida como Catalina Howard". Estudiosos de la Era Victoriana habían identificado este pintura, hecha por Hans Holbein el Joven, como la quinta cosorte de Enrique VIII. La historiadora Antonia Fraser sostiene que esta imagen se parece más a Elizabeth Seymour, hermana de la reina Jane Seymour. Incluso podemos apreciar cierta semejanza entre las hermanas, principalmente en el mentón y la boca.

La dama en cuestión viste un atuendo de viuda, algo raro en una joven recién casada como era Catalina. Sin embargo, Elizabeth guardó luto por su primer marido que falleció en 1534. En 1538 volvería a desposarse con Gregory Cromwell, Primer Baron de Cromwell, hijo del Primer Ministro del reino, Thomas Cromwell, Primer Conde de Essex.
Soy de la opinión que no se trata de Catalina Howard, parece muy austera y mayor para ser ella. En realidad no existe ninguna imagen que podemos confirmar como suya. Según Fraser, el único retrato posible de ella, es una figura de perfil, en una ventana del King´s College, Cambridge.

A continuación un video donde podéis contemplar estos mágnificos retratos:






Fuentes:

Fraser, Antonia: Las seis esposas de Enrique VIII, Ediciones Web, Barcelona, 2007.



jueves, 7 de mayo de 2009

Lady Jane Bolena, Vizcondesa de Rochford: Segunda Parte

Después de la muerte de su marido en la cual estuvo bastante implicada, Jane se fue de la corte por un buen tiempo. Lady Rochford era ahora una viuda que tenía que luchar contra su suegro,Thomas Bolena, para recibir la herencia que le correspondía. El primer indicio que tenemos sobre su carácter es una carta que escribió a Thomas Cromwell pidiendo ayuda para conseguir la pensión que le pertenecía por derecho propio. Su petición tuvo éxito y Thomas Bolena fue obligado a darle una paga de 100 libras al año.


Firma de Jane Bolena(nacida Parker), firmando "Jane Rochford". De la carta escrita por ella a Thomas Cromwell.

A partir de entonces, Jane regresó a la corte y fue nombrada nuevamente dama de compañía de la reina Jane Seymour. Su posición no era tan ilustre como en el reinado de su cuñada Ana Bolena, y a pesar de descender de rango, para ella era una satisfacción volver a hacer parte de la intrigante y maquinadora corte de Enrique VIII. Había servido a dos soberanas con anterioridad y velar por sus señoras era la tarea que mejor se le daba, no concebía su vida fuera de los entresijos de un palacio. Permanecería al lado de la tercera esposa del monarca hasta su triste muerte, víctima de la fiebre puérperal. Lady Rochford fue una de las damas del séquito de Lady María Tudor en el funeral de Jane Seymour el 12 de noviembre de 1537.
Posteriormente, Lady Jane fue dama de honor de Ana de Cleves durante su breve reinado, y además una figura clave (entre otras personas) que sirvió de ayuda para anular el matrimonio del soberano con su cuarta consorte. Junto con la Condesa de Rutland y Lady Edgecombe, fue ella quién descubrió la falta de conocimiento de Ana a respecto de la vida marital. La reina Ana dijo en una ocasión: "Cuando el rey viene a la cama me besa y me toma de la mano y me dice "buenas noches querida" y de mañana me besa y me dice "adiós querida". ¿No es eso suficiente?, inquirió ella con inocencia. Las damas de la reina procedieron a informar sobre lo ocurrido; y en julio de 1540, Lady Rochford entre otros testificarian este incidente como prueba de que el matrimonio jamás se había consumado. Esto permitió que el rey anulara su boda con Ana de Cleves y se casara con su amante adolescente, Catalina Howard.
Jane mantuvo su puesto como dama de compañía de la nueva reina y ejerció cierta influencia sobre ella, convirtiéndose en una de sus favoritas. Cuando la jovencísima soberana empezó a aburrirse con su viejo y obeso marido, fue Lady Rochford quien ayudó a organizar los encuentros secretos entre la reina Catalina y el apuesto cortesano Thomas Culpeper. Mientras la corte se transladaba de un lado a otro, ella intentaba buscar los lugares más propicios donde los amantes podían reunirse sin levantar sospechas.



El affair entre Catalina y Thomas empezó alrededor de la primavera de 1541, probablemente después que Enrique VIII enfermara en marzo. Lady Rochford no escatimaba esfuerzos en ayudar a su señora ver cumplidos todos sus deseos. La carta que la reina envió a Culpeper es una prueba que Jane estaba muy involucrada en los acontencimientos. No sabemos hasta que punto Catalina cometió adulterio con su caballero, hay dudas si se consumó plenamente la unión, aunque es cierto que estos encuentros se daban a altas horas de la noche y en sitios clandestinos.
En noviembre de 1541, finalmente estalló la tormenta y el pasado sentimental de Catalina Howard salió a la luz. Aunque Enrique inicialmente creía en la inocencia de su joven esposa, de momento no la acusaron de adulterio, el rey ordenó que su consorte fuera recluida junto a Jane Bolena (por entonces todavía no era sospechosa) hasta que el asunto se aclarara debidamente. Posteriormente, Lady Rochford fue enviada a la Torre y la reina a la antigua Abadía de Syon, sobre la basis de que ella sabía más del asunto de lo que suspuestamente había divulgado. Cuando acusaciones de traición se confirmaron, Jane se describió a sí misma como una inocente que había permanecido en el otro extremo de la habitación donde la reina se encontraba con Culpeper, sin saber lo que estaba sucediendo.


Catalina, por su parte, dió una visión de los hechos muy distinta, la de una mujer, como Eva, que persistentemente la había tentado con seductoras ideas de coquetería. También Culpeper aseguró que Lady Rochford lo había "provocado" para que iniciara una relación secreta con la reina. "Pequeño tonto", se supone que dijo Jane afectuosamente de Culpeper cuando él (según Catalina) se negó a terminar su encuentros, "vos (Catalina) dejad que los hombres os miren, porque os mirarán". Además, Thomas la culpó por "haberle incitado a amar a la reina". A juzgar por el pasado sentimental de Catalina Howard (sus relaciones prematrimoniales con Henry Manox y Francis Dereham en la mansión de su abuela en Norfolk) y el encanto de Don Juan de Thomas Culpeper, es imposible que alguno de ellos necesitara ser persuadido por Jane a la hora de comenzar el romance. Pero no cabe duda que Jane Rochford, la reina Catalina y Culpeper, de diferentes formas, estaban todos involucrados en un terrible lío que ninguno de ellos debío haber imaginado siquiera por un instante.
Mientras duró su arresto en la Torre, Jane fue interrogada durante varios meses, pero como pertenecía a la nobleza no la torturaron. Bajo presión psicológica, sin embargo, parece ser que sufrió una crisis nerviosa y a principios de 1542 fue declarada loca. Su condición de demente imposibilitaba ser juzgada por su participación en el adulterio de la reina, no obstante, Enrique VIII estaba determinado en darle un castigo y para ello otorgó una ley que permitía la ejecución de los enfermos mentales. Jane fue condenada a muerte por la Ley de Proscripción (The Act of Attainder) es decir, sin juício y la fecha de ejecución se fijó para el 13 de febrero de 1542, el mismo día que Catalina Howard.
Catalina, en el momento su ajusticiamento, estaba "tan débil que casi no podía hablar", sin embargo no estaba histérica. Según el relato de un español, confesó su dolor por la muerte de Culpeper y que sentía mucho que cayera en desgracia por su causa. Al final gritó: "Muero siendo reina; pero hubiera preferido morir siendo esposa de Culpeper. Catalina Howard fue ejecutada entonces, limpiamente, sobre el mismo cadalso y en el mismo lugar que su prima Ana Bolena menos de seis años antes.
Jane, que había estado en el cadalso asistiendo la muerte de la joven, y a pesar de su colapso nervioso que sufría los últimos cinco meses, estaba calma y seria en aquel momento. Le llegó entonces su turno. A diferencia de la reina, que no tembló , ella pronunció "un largo discurso" sobre sus faltas. Según Otwell Johnson, que presenció la ejecución de las dos damas, ambas "tuvieron el final más piadoso y cristiano".Habían expresado "su viva fe en la sangre de Cristo solamente" de modo que él creía que sus almas estaban ahora con Dios. "Con palabras buenas y semblantes serios, desearon que toda la gente cristiana tomara nota de su digno y justo castigo con la muerte". Tal condena había sido merecida por sus ofensas contra Dios, y "también muy peligrosamente contra la Majestad del rey". Tanto Catalina como Lady Rochford terminaron implorando sinceramente por la preservación de Enrique VIII. Según Marillac, embajador de Francia, debido la la debilidad de la reina es probable que la mayor parte del discurso lo haya tomado Johnson de Jane antes que de Catalina, aunque la intención de la reina era lógicamente la misma.
Lady Rochford fue ejecutada sobre un patíbulo aún húmedo y resbaladizo por la sangre de su señora. Ambos cuerpos, el de Catalina y Jane, fueron llevados como el de Ana Bolena a la cercana capilla de St. Peter ad Vincula, donde fueron enterrados. No sabemos si ella pidió perdón por las calumnias profesadas contra su marido y cuñada, no se conserva ningún relato que nos pueda asegurar si realmente lo hizo. Aunque hay fuentes que afirman que se arrepintió por ese sordido delito.
¿Por qué será que Jane se involucró en el romance de la reina, después de lo que había sucedido con Ana Bolena? La historiadora Julia Fox afirma en su biografía dedicada a Jane Bolena, que ella no podía negarse a las peticiones de Catalina y si se lo hubiera contado todo al rey, probablemente lo la hubiera creido. Pero Jane tenía otras opciones, podrían haberse retirado de la corte y no ser participe del asunto. ¿Era ambición? A lo mejor se sentía orgullosa de que la reina pensara en ella como intermediadora en su relación adultera. La unica ocupación de Jane era ser una dama de compañía, era lo que le habían enseñado desde su adolescencia. La vida en el campo, lejos de un palacio carecía de sentido para ella. Como no se conservan cartas suyas y existen pocas descripciones sobre su figura, es imposible saber lo que realmente pensaba sobre Ana Bolena, su marido o cualquier acontecimiento de la época. Nunca conoceremos la verdadera personalidad de Jane Bolena. Esta dama silenciosa se dedicaba a observar y nunca revelar nada, o sea fue una perfecta cortesana.

Bibliografía:
Fraser, Antonia: Las seis esposas de Enrique VIII, Ediciones Web, Barcelona, 2007.
en.wikipedia.org/wiki/Jane_Boleyn,_Viscountess_Rochford
www.geocities.com/boleynfamily/george/jane.html
scandalouswoman.blogspot.com/2008/09/woman-in-shadows-life-of-jane-boleyn.html
Fotos de la película "Las Hermanas Bolena" (2008)

sábado, 2 de mayo de 2009

Juana I de Castilla, "Loca de Amor": Quinta Parte


Doña Juana la Loca (1877), de Francisco Pradilla y Ortiz. Museo del Prado (Madrid).


A partir de ahora nos deparamos con la leyenda de Doña Juana, la reina que transtornada por la muerte de su marido, no consienten en que lo entierren, y obliga a transportar su cadáver de pueblo en pueblo, cabalgando por las noches del gélido invierno castellano.

La reina Juana no se separará ni un momento del féretro, y este traslado se prolongará durante ocho fríos meses por los campos de la meseta. Acompañan al ataúd gran número de personas entre las que hay religiosos, nobles, damas de compañía, soldados y sirvientes diversos que, cual procesión sirve ésta para que las murmuraciones sobre la locura de la reina aumenten cada día entre los habitantes de los pueblos que atraviesan. Aquellas largas jornadas nocturnas tan exhaustivas eran un expectáculo de lo más macabro.Dicen que la infanta española se negaba a pernoctar en coventos y no permitía que ninguna dama contemplara el cadáver de su esposo. Sus celos no se detenían ni ante la barrera de la muerte.

Finalmente en Torquemada (Palencia), y forzada por el avanzado estado de su gestación, Juana no pudo más. Y allí daría a luz, el 14 de enero de 1507, a una niña a la que le pondrían el nombre de Catalina, recordando así a su queridísima hermana pequeña. Catalina contraería años después matrimonio con Juan III de Portugal.


Díptico con los seis hijos de Juana I de Castilla. Compuesto en los Países Bajos hacía 1509. Museo de Santa Cruz de Toledo.

A fines de abril, pasada la cuarentena de su parto, Juana pone otra vez en marcha el fúnebre cortejo, pasando al cercano lugar de Hornillos. Sus consejeros le piden que vayan a lugares importantes, como podría ser Palencia. La reina se niega: afirma que ella es una mujer de un solo amor y su castidad le obligaba a buscar pueblos apartados y pequeños.

Pronto Fernando el Católico iría a su encuentro, Juana se translada de Hornillos a Tórtoles para recibirlo. El 29 de agosto de 1507 padre e hija se encontraron en Tórtoles y se abrazaron. De los dos el más emocionado parecía su progenitor. "No pudo contener las lágrimas", nos dice un testigo, mientras Juana mantuvo su impasibilidad habitual , indiferente a las buenas y malas notícias. Y en la largo entrevista que tuvieron, Fernando abordó el tema que más le interesaba: ¿Donde debía instalarse la Corte? Como reina que era, solo ella podía tomar esa decisión. Ahora es cuando observamos una maniobra de su padre, indirectamente invitaba que su hija dejara este dilema en sus manos: que fuera él quién decidiera, porque los hijos debían acatar las órdenes de los padres.

En principio, Fernando pensó en Santa María del Campo, lugar próximo a Burgos, permitiendo que la reina continuara transladándose con su tétrico cortejo. ¿Pero a quién se le ocurría a elegir Burgos? Precisamento donde un año antes Juana había visto morir a Felipe el Hermoso. Nadie consiguió que transpasara la ciudad de Arcos, donde permaneceria alli más de un año, cada vez más abandonada y desasistida, con un notorio empeoramiento de su estado. Su aspecto físico iba de mal en peor, ya no quería atender su cuerpo, como si fuera la cárcel que la encerraba en el mundo y que la apartaba de su marido: dormía en el suelo, no se cambiaba de ropa y no se lavaba.

Velando por la seguridad de Juana, Fernando el Católico decidió llevar a su hija au un lugar más seguro, donde estuviera más cómoda y respaldada. Tordesillas reunía tales condiciones. Estaba además más cercana a Valladolid, donde con mucha frecuencia habían instalado su Corte los Reyes Católicos.De ese modo, a mediados de febrero de 1509, y siempre acompañada del carro fúnebre de su difunto marido, Juana entraba en Tordesillas.

Bibliografía:

Fernández Álvarez, Manuel: Juana la Loca, La Cautiva de Tordesillas, Espasa-Calpe, Madrid, 2001.

http://es.wikipedia.org/wiki/Juana_I_de_Castilla